jueves, 11 de diciembre de 2014

CAPITULO 6





Entro en la casa y coloco mi cartera en la mesa del pasillo, lanzando mis llaves en la taza y tomo mi teléfono.


Escuché el teléfono sonar mientras conducía para casa, y sabía exactamente quién era.


Pau, ¿eres tú? —Escucho a Juana llamar desde el cuarto.


—Sí, estoy en casa —respondí.


Gracias por hoy. Por favor, déjame saber que llegaste bien a casa. Pedro.


Sonrío y quiero saltar de alegría.


—Bien, creo que todo salió bien, ¿no? —Juana esta con sus manos en las caderas, y su cabeza rubia esta inclinada, con una sonrisa en su lindo rostro.


Ella todavía está en su vestido rojo y zapatos altos del trabajo, su largo cabello peinado para atrás.


—Oh, sí, fue muy bien.


—Entonces, ¿no era un asaltante, no?


—No. —Río—. Él es muy bueno.


Y oh Dios mío, Juana, es espectacular. Pienso silenciosamente, pero ella lee mi mente.


—Él no está fuera de tu alcance, Pau.


Arrugo la frente para ella.


—No iba a decir eso.


Ella rueda los ojos.


—Estabas pensando en eso. Eres demasiado sexy, Paula. Aprovecha. Él tiene suerte de que estés interesada. Nosotras dos sabemos que eso no acontece muchas veces.


—Sí, eso es lo que más preocupa.


Le cuento sobre el happy hour, y como el parecía incomodo al estar conmigo, pero cuando estábamos en su casa estaba mucho más relajado. Le cuento sobre el mejor beso de mi vida, y la puesta de sol. Jules escucha pacientemente, sin interrumpir, o soltando risas nerviosas, como siempre hace. Ella simplemente sonríe para mí, y antes de que me dé cuenta, me está dando un fuerte abrazo.


—Te mereces a un buen hombre, Paula. No huyas. Aprovecha. —Me inclino hacia ella y de repente me veo llorando, lo que es humillante.


—Ni sé cuándo lo voy a ver nuevamente.


Ella se aleja un poco y sonríe.


—Oh, tengo la sensación de que no va demorar mucho. Parece que él está enamorado. ¡Créelo!


Le sonrío y me quito los zapatos.


—Voy para la cama. Fue un día agitado.


Corro para arriba y voy directo al baño. Me quito el maquillaje y me cepillo los dientes mirandome por un momento en el espejo. Toco mis labios. Todavía están
sensibles de los besos de Pedro. Mis mejillas y mis ojos verdes brillan. Mi cabello oscuro, que él soltó, esta enredado y medio sexy.


Me acuerdo de sus comentarios sobre mi trasero, me volteo para mirarlo, lo observo bien. Siempre pensé que tenía un trasero grande, muy redondo y pronunciado. Si, definitivamente tengo una trasero grande. Creo que a Pedro le gusta.


Sonrío para mí misma y me quito la ropa, apagando las luces salto a la cama para responder su mensaje.


Llegue, gracias por todo. Maravillosos momentos en el día de hoy, a pesar de que temprano casi fui asaltada. Estoy en casa y segura en mi cama. Pau.


Sonrío, feliz con mi respuesta y me acuesto sobre mi almohada. Algunos segundos después, hay un ping.


Estoy feliz de saber que estás segura. ¿Cuáles son tus planes para mañana?


¡Oh, Dios mío! Rápidamente mando la respuesta.


Ninguna sesión para mañana, pensaba sacar algunas fotos en Snoqualmie Fallls. ¿Cuáles son tus planes?


Miro al teléfono fijamente hasta escuchar el ping.


¿A qué hora te debo buscar?


Muy seguro de sí mismo, ¿no? No podía dejar de reír y me voltee de lado, mientras pensaba en mi respuesta.


¿Sera que vas a estar seguro? Voy a estar con mi cámara, y sé que eso toca tus nervios.


Reí con mi respuesta, pensando que fui muy espirituosa, cuando de repente mi teléfono empieza a tocar, era él.


—Hola.


—Pensaba que ya me habías perdonado por esta mañana. —Sonaba frustrado.


¿Pero qué…?


—Estaba tratando de ser espirituosa, Pedro. Lo siento, creo que los mensajes de texto no son buenos para coquetear. —Cierro mis ojos.


Él toma una respiración profunda.


—No, yo lo siento. ¿Te importaría si me uno a ti mañana?


Joder él tiene una voz sexy, y parece esperanzado. ¿Quién soy yo para decirle que no?


—Me encantaría tener su compañía. ¿Qué tal a las 10:00?


—Ese horario es bueno para mí. —Parece aliviado y tengo aquella sensación vertiginosa de nuevo en mi pecho.


—Te voy a enviar un mensaje con la dirección.


—Está bien —suspira—. Entonces, ¿estás en la cama?


¡Ah, ahora sí que va estar bueno! Sonrío y me acuesto de espaldas.


—Sí. ¿Y tú?


—También.


—Tuvimos un largo día. Te estoy imaginando en aquella cama enorme, lindo y desnudo, acostado sobre ella… —y mi boca está seca de repente.


—Sí, lo tuvimos. —Lo escucho moverse en la cama.


—Espero que consigas dormir mejor hoy.


—Yo también. —Oigo la sonrisa en su voz.


—¿Por qué estabas teniendo dificultades para dormir anoche?


Hay una larga pausa, y estoy tranquila, preguntándome si la llamada se cayó.


—¿Pedro?


—Estoy aquí —suspira de nuevo, y entonces, dice—: Simplemente no necesito de mucho sueño. ¿Y tú? ¿Por qué te despertaste tan temprano hoy?


No estoy totalmente satisfecha con su respuesta, pero lo dejo pasar.


—Sufro de insomnio desde hace dos años. Normalmente solo tengo algunas horas de sueño, aquí y allí.


—Eso es pésimo. —Respira.


—Sí, pero puedo aprovechar la luz de la mañana.


—Eres una especie de adicta al trabajo, ¿no es así, Paula? —Siento que se está riendo de mí.


—No, solo me gusta lo que hago.


—¿Y qué ropa estas usando para dormir? —¡Joder! ¡Qué cambio de tema!


—Buenas noches, Pedro—respondo, con una sonrisa en mi voz.


—Buenas noches, Paula. Te veo mañana.


Él termina la llamada y en menos de diez segundos después, hay un nuevo mensaje.


No puedo esperar para verte mañana, y un día, ver lo que usas para dormir.


Oh, definitivamente él es un seductor. ¡Y allí está la mención de “un día” de nuevo!


También estoy ansiosa por mañana. Duerme bien esta noche bonito, con sueños calmos, y despierta con el sol. xoxo


Por primera vez, en más de dos años, realmente duermo, con sueños calmos y me desperté con el sol.

2 comentarios:

  1. Muy buenos capítulos! ya quiero saber como se va a tomar Pau cuando sepa quién es él!

    ResponderEliminar