miércoles, 17 de diciembre de 2014
CAPITULO 17
Estoy en la puerta de la casa de Pedro parada, antes de tocar el timbre. ¿Estoy muy arropada? Miro hacia mi vestido amarillo y negro, con sandalias de tiras. El verano va con todo, y el día de hoy va a ser caliente. Tal vez debería haber usado short.
Tal vez debería dejar de protestar y tocar el maldito timbre.
Pocos segundos después, Pedro abre la puerta y antes de que pueda decir una palabra, me envuelve en sus brazos y me besa con una necesidad que nunca antes sentí. Pasa una mano por mi espalda, empujándome contra él, mientras su boca se mueve con destreza sobre la mía, su lengua empujando en mi boca, danzando y moviéndose contra la mía.
¡Oh Dios, me hacía falta! Hace solo 24 horas, pero me sentía como si no lo viese en días. Paso mis manos por su espalda, bajo su camisa, sintiendo su piel lisa y suelto un gemido contra su boca. Retarda el beso tocando suavemente mis labios con los suyos, y cuando abro mis ojos, su cabeza está descansando contra la mía.
—¿Siempre contestas la puerta de esa manera? —susurro.
—Oh Dios, Paula, tenía miedo de que no fuera a verte nuevamente. —Su voz es ronca por la angustia, y agarro su rostro en mis manos, implorándole mirarme a los ojos.
—Estoy aquí.
—Gracias a Dios. —Se retira y dejo que mis ojos se deslicen sobre él. Su cuerpo hace cosas increíbles con una camisa blanca, mangas arremangadas hasta los codos, y jeans.
Está descalzo. Su cabello está desordenado y sexy y está implorando por mis dedos.
—Estás fantástica. Entra, siéntete en casa. —El olor viniendo de la cocina es increíble, y mi estómago ruge.
—¿Estás cocinando? —pregunto, mirándolo.
—Te prometí el desayuno.
—Ya me enviaste el café, que estaba delicioso e inesperado. Gracias. —Me inclino y beso su boca castamente.
—Fue un placer. —Sonríe—. Espero que te guste el pan tostado, tocino, frutas y café.
—Perfecto.
—Está todo listo afuera.
Lo sigo hacia fuera, hasta su magnífica terraza y me empuja levemente, para que vaya al frente. ¿Realmente estuve aquí solo unas noches atrás? Sentí como si fuera hace mucho tiempo, tanta pasó desde entonces.
La mesa está cubierta con un mantel blanco. La comida mantenida caliente en placas de plata, con cubiertas. Hay café y jugo, pero lo que me llama más la atención son las rosas rojas. Tres docenas de rosas rojas, en tres ramos separados en la misma distancia, debajo de la mesa.
Lágrimas vienen a mis ojos, cuando siento las manos de Pedro sobre mis hombros, detrás de mí. ¡Se preocupó tanto en hacer todo perfecto! Incluso después de la manera como hablé con él ayer. Lo abrazo y miro sus bellos e intensos ojos azules.
—Muchas gracias.
—El placer es mío cariño. Te lo dije en el auto, tenemos un montón de cosas por recuperar. Acostúmbrate a esto.
No sé qué decir. Me atrae en un abrazo y besa mi cabeza.
—Vamos para allá, vamos a comer. Me estoy muriendo de hambre.
Nos sentamos en los mismos lugares de la otra noche. Tira las cubierta, y respiro los aromas deliciosos en apreciación.
—Fantástico olor. —Vierto jarabe caliente sobre mi rebanada y agarro un pedazo de tocino—. Mmmm… tocino.
Ríe y le da una mordida a su tocino.
—Adoro verte comer, bebé.
—¿Por qué? —pregunto, con la boca llena de pan tostado, crocante y delicioso.
—Porque eres tan honesta sobre esto. Como todo lo que haces, pienso. Amo que te guste realmente la comida.
—Claramente. ¿Ya viste el tamaño de mi trasero?
Sus ojos brillan cuando me mira sobre su taza de café.
—Nunca te critiques nuevamente en mi presencia, Paula.
Mierda. Frunzo el ceño y miro hacia mi plato.
—No sé cuántas veces tengo que decirte o mostrarte que eres hermosa, para meterte eso en la cabeza.
—Pedro…
Extiende la mano con sus dedos largos y agarra mi barbilla, inclinando mi rostro para encarar sus ojos.
—Mírame. No hay nada en ti para sentirse incómodo, cuando se trata de tu cuerpo.
Come lo que quieras. Adoro verte comer. Adoraría trabajar contigo, solo porque amo verte moviendo. Tus curvas son hermosas, y no puedo esperar para tener mis manos sobre ellas nuevamente.
—Bueno. —¿Que más debería decir sobre esto?—. ¿Estás tratando de enviar a los niños floristas para la escuela? —pregunto, intentando distraerlo.
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Buenísimo,seguí subiendo!!!
ResponderEliminarAyyy Carme, esta genial el capitulo... Pedro es un galanazo ♥
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