sábado, 20 de diciembre de 2014

CAPITULO 25




Estamos todos sentados en la mesa de la cocina. Nicolas está en una punta y Lucia se encuentra en la otra. Estoy sentada a la derecha de Nicolas, con Pedro a mi lado, Samantha y Marcos están del otro lado. Los chicos prepararon los filetes de carne asada, patatas y espárragos con ajo y tocino.Pedro llena mi copa de vino, mientras los platos son pasados alrededor de la mesa.


—Entonces, Paula—Nicolas me entrega una cesta llena de pan—. ¿Eres de aquí?


—Sí, crecí en Bellevue.


—¿Oh? Eso no es muy lejos de aquí. ¿Sera que conozco a tus padres?


El tenedor de Pedro se detuvo en medio del camino, entre el plato y la boca, con la pregunta de su papá.


—Papá…


—No, está bien —murmuro bajito y sonrío para el papá de Pedro.


—Mis padres fallecieron hace algunos años, aunque puede haberlos conocidos.Alberto y Sofia Chaves.


Las cejas de Nicolas se levantan.


—¿El abogado Alberto Chaves?


—Sí, señor. —Llevo el pedazo de carne a la boca.


—El hizo un trabajo para nosotros, en una ocasión para Microsoft.


Miro para encima y observo la mueca de Samantha, antes que ella coloque su rostro en una expresión perfectamente neutra y toma su copa de vino, en apenas un trago. Llena la copa de nuevo y bebe un poco más.


—Estoy triste por escuchar eso sobre sus padres, Paula —dice bajito—. Vi una noticia sobre su muerte cuando sucedió.


—Gracias. —Quiero cambiar desesperadamente de tema y Marcos viene a mi auxilio.


—¿Cómo se conocieron?


Sonríe a Pedro y respondo.


Pedro trato de asaltarme una mañana.


Todos los ojos van a Pedro y no puedo dejar de reír. Las mejillas de Pedro están rojas,mientras me mira.


—Deberías saber que mi hermano no necesita robar nada. —La voz de Samantha es fría y claramente no me encuentra divertida. Me inclino en su dirección.


—Ella está bromeando, Samy —Pedro toma mi mano debajo de la mesa y regreso a comer con la izquierda, manteniendo nuestras manos unidas.


—Yo estaba sacando unas fotos en la playa una mañana y accidentalmente, él pensó que le estaba tomando fotos, por eso se acercó. Muy bravo, la verdad.


Lucia mira a su hijo y regresa a mí.


—¿Cómo reaccionaste, Paula?


—Con rabia. Pensé que estaba tratando de robar mi cámara.


—¿Pensaste que Pedro Alfonso estaba tratando de robarte? —La voz de Samantha es incrédula.


—No sabía quién era él. —Encojo los hombros y tomo un trago de vino.


—Cierto. —resopla.


—Samantha… —El aviso de Pedro es ignorado por su hermana, ahora borracha.


—De cualquier manera… —continúo— acabamos separándonos y más tarde, en el mismo día, nos volvimos a encontrar, cuando él buscaba un regalo para tú cumpleaños.


—El que ahora estoy a reconsiderando darte, en base a tu comportamiento. — Agrega Pedro.


—¿Entonces, me quieres decir, que no sabías lo que mi hermano hace para vivir? — La cara de ella es abiertamente hostil.


—¿Por el amor de Dios Samantha, que está mal contigo? —El rostro de Lucia esta colorado y ella está claramente incomoda con el comportamiento de su hija.


—Es claro que ahora sé lo que Pedro hace para vivir, Samantha. —Respondo, antes de que Samantha responda a su mamá—. Pero no lo reconocí, no en el primer momento.


—Entonces ¿no estás con mi hermano, porque es una estrella de cine rico?


Puta mierda.




No hay comentarios:

Publicar un comentario